Cada que aumentamos nuestro nivel de conciencia, expandemos nuestra
visión del universo entero, empezamos a ver cosas que parecen haber
estado ahí siempre a pesar de no habernos percatado, nos volvemos más
empáticos al mundo que nos rodea, comprendemos que cada uno de nosotros
va librando una batalla y nos abrimos al hecho de respetar cada una de
nuestras luchas.
Así mismo nos parece cada vez más incomprensible como
funciona el mundo, como las cosas realmente importantes son pisoteadas y
lo efímero se glorifica, empezamos a ver nuestras emociones, a
comprenderlas con una inteligencia que no se adquiere en las aulas, y
llegado el momento vemos que el sufrimiento es evitable, que la justicia
es alcanzable y que los animales son otras naciones, que han tenido la
desdicha de compartir este mundo con nosotros, y entonces comenzamos a
luchar, sin importar si estamos sólos, porque nuestra conciencia no se
sienta tranquila ni puede mirar hacia otro lado cuando vemos un corazón
roto y una mente encadenada, sin importar el envoltorio, peludo, en
cuatro patas o cómo sea...