miércoles, 5 de marzo de 2014

ashes to ashes

Por qué de repente se nos olvida todo cuando nos envolvemos en un halo de solemnidad y pedimos respeto para todas las creencias, sin importar cuán intolerantes, nocivas y perjudiciales sean para todos? Desde cuándo dejamos de reservar el respeto para lo realmente respetable, o incluso admirable? Por qué confundimos el respeto al derecho a la libertad de creer cualquier idiotez, con el respeto y la agachonería frente a la idiotez misma, aunque esta nos golpee la frente con su libro cada que inclinamos la cabeza para respetarla y así con cierta arrogancia nos sentimos "mejores" seres humanos? Pero eso sí muy "respetuosos". Cómo dicen, "podré no estar de acuerdo contigo, pero siempre respetaré tu derecho a ser un pendejo, siempre y cuando respetes mi derecho a decirlo. Yo que sé, anden todos al cuerno.


 FRIEND: A mi no se me olvida que la iglesia católica, por ejemplo, es una institución opresora, violenta, homofóbica, misógina, asesina, etc. No obstante trato de no juzgar ni atacar a los católicos siempre y cuando no se metan conmigo. Cuando cruzan la línea entonces sí ya estamos hablando de otra cosa.




Al considerar tu la iglesia católica con esos calificativos estás emitiendo un juicio, un juicio por la creencia, me explico? Entonces en tu escala de valores estoy seguro que llegas a la conclusión de que es una creencia no respetable, independientemente del creyente. Ese es mi punto.

Si un católico no se mete contigo, es desde su trinchera de no creyente, si ejerce su catolicolería habrá de meterse contigo porque así lo dice su creencia. Otra perspectiva del mismo punto que trato de desarrollar.

Por ejemplo yo tengo familiares y amigos que se consideran católicos, los respeto y los quiero, respeto su libertad, más no respeto sus creencias, porque en esa escala de valores que yo considero para ejercer mi propia "moral" la homofobia la misogínia, la violencia y la opresión que mencionas, entre muchas otras cosas no son para nada respetables, al contrario son desdeñables y deben ser vistas como tales. Por lo mismo se ataca la creencia y no al creyente, se respeta su libertad más no su creencia, no nos dejemos agarrar por las narices sólo porque se ha vanagloriado tales antivalores como la fe o la creencia. Y es que siendo objetivos una defensa ante semejantes creencias no puede ser vista como un ataque.

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